Hay dos temas sobre los que los cubanos se precian de conocer a fondo. Uno es el beisbol y el otro la meteorología. ¿Quién se atrevería a discutir sobre el deporte rey en Cuba con un criollo? ¿O sobre trayectorias de ciclones, estados del tiempo y fases de la luna? Tremendo rollo para el que osara hacerlo. En cada cuadra de cualquier ciudad del país hay por lo menos cinco “directores técnicos” de equipos de pelota y dos “meteorólogos” especializados en tormentas tropicales. Lo malo de estos últimos son sus esposas, quienes le montan grandes “perturbaciones ciclónicas” cuando ellos se “olvidan” de ir de compras a la bodega, o sacar la basura a la calle y no les permiten medir la velocidad del viento o la presión atmosférica. Entonces se sienten mal y caen en un estado de depresión… tropical del cará.
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